La inflación subyacente es una medida de la inflación que excluye los precios de los bienes y servicios volátiles y transitorios, como los alimentos y la energía. Esto se debe a que los precios de los alimentos y la energía son muy sensibles a factores externos, como las condiciones climáticas o los cambios en los precios de los productos básicos, lo que puede causar fluctuaciones importantes y temporales en los niveles de precios.
Al excluir los precios de los alimentos y la energía de la medida de la inflación, se obtiene una imagen más clara de la tendencia subyacente de la inflación, que se considera más importante para la estabilidad económica a largo plazo. La inflación subyacente refleja los cambios en los precios de los bienes y servicios que son más estables y predecibles, como los costos laborales, los precios de los bienes duraderos y los servicios. Los niveles preocupantes de inflación subyacente dependen del país y su meta de inflación. En general, una tasa de inflación subyacente anual del 2% se considera saludable para el crecimiento económico, ya que indica una economía en crecimiento y una demanda de bienes y servicios saludable. Sin embargo, si la inflación subyacente supera esta cifra, puede haber preocupaciones sobre el aumento de los precios y su efecto en la economía. La inflación subyacente puede tener un impacto significativo en la economía. Si la inflación subyacente es demasiado alta, puede reducir el poder adquisitivo de los consumidores y aumentar los costos para las empresas, lo que puede afectar negativamente el crecimiento económico. Además, una inflación subyacente alta puede llevar a que los formuladores de políticas tengan que ajustar las tasas de interés para controlar la inflación, lo que puede tener efectos secundarios, como una reducción en el consumo y la inversión. Para revertir la inflación subyacente, los formuladores de políticas pueden utilizar diversas medidas, como ajustar las políticas monetarias y fiscales para reducir la demanda agregada, aumentar la oferta de bienes y servicios para reducir los precios y fomentar la competencia en los mercados. También puede haber medidas específicas para abordar los factores que contribuyen a la inflación, como los cambios en los precios de los productos básicos o los efectos de las políticas gubernamentales.
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Marzo 2024
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